Desde mis años mozos he sentido una cierta atracción por la criptografía: el arte de lo oculto, de transformar un simple mensaje en un galimatías para los ojos ajenos. Notitas que pasaba en clase, mensajes en el corcho... formas muy básicas de encriptación que sin embargo cumplían su cometido: que no pudieran ser leídos por quien yo no quisiera. Así que cuando descubrí este libro no pude evitarlo, cayó en mi wishlist hasta el momento en el que pudiera echarle el guante. Ha sido la primera lectura del año, y me ha encantado.
Lo primero de todo decir que el estilo del autor es genial. Utiliza un lenguaje claro y ameno durante todo el libro, con una buena estructuración sobre cada problema criptográfico, describiendo cuál era el problema, el camino seguido hasta llegar a la solución (aunque a veces pasaran siglos) y las consecuencias que esto conllevaba.
El libro trata de la historia de la criptología, la "eterna" guerra que llevan librando desde la antigüedad aquellos dedicados a la criptografía y aquellos dedicados al criptoanálisis, es decir, los que cifran y los que descifran los mensajes. Desde los romanos, griegos y persas hasta finales del siglo XX, va describiendo paso a paso cómo la criptografía ha ido dando forma a las guerras durante todos estos años, dando al traste con ataques sorpresa o intentos de asesinato. Asimismo, también comenta cómo se han llegado a descifrar jeroglíficos y sistemas de escritura antiguos, cómo y por qué se ha llegado a algunos de los sistemas estándar de encriptación que se utilizan hoy en día y el futuro: la criptografía cuántica.
Como ya he dicho, el autor no escatima explicaciones y ejemplos para las técnicas hasta asegurarse de que sus lectores le van a comprender. Para explicaciones adicionales de técnicas más avanzadas incluye numerosos apéndices al final, para aquellos lectores que queden insatisfechos con las explicaciones dedicadas a algunas de las técnicas, así como un glosario de los términos especializados utilizados en el libro.
Turing vs Enigma |
Por tanto, olvidaos de la idea de un libro denso dedicado a los principios matemáticos de la criptografía. Los matemáticos entraron en la ecuación en el siglo XX, pero anteriormente muchas civilizaciones han pisado la faz de la Tierra y muchas guerras se han librado con intercambio de mensajes cifrados sin matemáticas de por medio. (Aunque no conviene olvidar que ha sido a partir de la llegada de los mátematicos y físicos cuando se han empezado a hacer avances a ritmo exponencial en este campo ;) ). Con esto quiero decir que es un libro adaptado a todos los públicos, que para técnicas más especializadas ya hay libros dedicados. Está estupendamente relatado, es bastante completo, y hará las delicias de todos aquellos que hayan sentido en algún momento curiosidad por el tema.
★★★★★
El libro se lleva sus más que merecidas 5 estrellas sí, pero no es perfecto. Si bien es cierto que no es posible abarcar toda la historia de la criptografía en un volumen de unas 400 páginas, sí que es posible añadir ciertos detalles bastante relevantes de la misma sin tener que extenderse demasiado. Como persona puntillosa que puedo llegar a ser, me voy a extender más si cabe y terminar la reseña comentando qué se podría haber añadido.
Por ejemplo, durante el capítulo de la Segunda Guerra Mundial el autor nos cuenta cómo y por qué se llegó a utilizar el idioma Navajo para las transmisiones militares en Estados Unidos. Sin embargo no cuenta que durante ese periodo los japoneses también utilizaron un dialecto poco conocido del japonés, el Kagoshima-ben, que confundió a los americanos hasta que lograron dar con algún descendiente de japoneses viviendo en América que entendiera el contenido de los mensajes. Habría estado bien leer un poco la motivación que les llevó a los japoneses a utilizarlo (¿Fue antes o después de que los americanos comenzaran a usar el Navajo?) y cómo lograron llegar a desencriptarlo.
Por otra parte, el libro fue publicado en el año 1999, con una reimpresión en el año 2000. En estos 11-12 años que han pasado desde su publicación se han hecho avances considerables en el campo de la criptografía. Una nueva edición que hubiera dedicado un capítulo a estos avances habría puesto el libro al día y habría podido corregir cosas como:
"Quantum cryptography is not just effectively unbreakable, it is absolutely unbreakable"
Esta frase ha quedado puesta en duda desde el 2008, cuando se descubrió que hasta la criptografía cuántica puede tener puntos débiles.
También podría haber incluido comentarios sobre algunos de los últimos estándares de encriptación que se utilizan hoy en día, como el AES.
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