Fue durante unas vacaciones de Navidad, allá por enero de 2009. Cierta bloguera incauta hizo caso a la recomendación de sentarse a ver Orgullo y prejuicio (sí, la mini-serie de la BBC protagonizada por Colin Firth), una supuesta "pastelada de esas antiguas" que echaban en la tele. Bah, ¿por qué no?... Ése fue el origen de una adicción literaria que se prolongaría hasta agosto de 2013... y esperemos que mucho más allá.
Orgullo y prejuicio, Sentido y sensibilidad, Persuasión... una a una las obras de Jane Austen fueron cayendo en mis garras y devoradas con el paso de los años.
Janeite
es el término que se le aplica a los entusiastas de las obras y la
autora, aunque se puede usar también en tono peyorativo. Hoy en día la
gente perteneciente a este "club de fans", por ponerlo en términos
modernos, organiza reuniones, lecturas conjuntas... todo lo posible para
revivir la época de la autora y sus obras.
Aunque creo que no llego a tanto, sí que es cierto que Jane Austen ha pasado a convetirse en una de mis autoras favoritas, que he tratado de leer más para comprender la sociedad de aquella época y cómo ha sido retratada en sus obras, y que guardo sus libros con un gran cariño. He quedado muy impresionada ante su estilo y encantada con sus obras, algo que no hubiera imaginado unos años atrás debido a la idea preconcebida de que este tipo de novelas inglesas antiguas eran cursis y demasiado románticas. Si estáis de acuerdo con esta última afirmación, recomiendo firmemente que os liberéis de este tipo de prejuicios, le déis una oportunidad y abráis la puerta al universo Austen.
Tal vez otro de los problemas que se pueda encontrar el lector a la hora de enfrentarse a sus obras sea la diferencia literaria tan brusca respecto a la mayoría de novelas actuales. Hoy en día prima la rapidez, la aventura, la erótica... un sinfin de sorpresas, una tras otra, sin pararse a respirar, para que la atención del lector no decaiga, y con una forma de escribir algo barata, sencilla y con diálogo abundante, para crear una sensación de película (De nuevo, hago un énfasis en el concepto de "mayoría": sigue habiendo muchos libros escritos estos últimos años que no caen en esta categoría). Austen no podía ser más distinta. Sus novelas son de escritura más compleja, lentas, llenas de reflexiones, sátiras, conversaciones y bailes en salones, y el lector es un espectador pasivo, sentado en uno de los sofás con una taza de té mientras todo ocurre a su alrededor, siempre observando, riendo y pensando.
Prefiero que leáis las beldades y recomendaciones que de sus obras cuenta el señor Matthew van der Rhodes, experto en la autora y una pluma (o teclas, ya que estamos en la era de la tecnología) mucho más diestra que la mía, en posts como éste.
Como colofón final, una foto (de calidad bastante dudosa) de mis ejemplares de las obras de la autora o derivados. Ha sido un placer poder leerlos, y espero con ganas futuras relecturas de los mismos.