Aprovechando las mini-vacaciones que señalaban el final del primer cuatrimestre me hice una bolsa de viaje y me fui de visita Erasmus a UK, más concretamente a Manchester. La intención era visitar la ciudad y a ser posible también Londres o Edimburgo. Sin embargo, por desconocimiento del sistema de transporte público inglés no pudo ser, puesto que aun habiendo ofertas para el alojamiento el billete de tren se encarecía demasiado (hay que comprarlo siempre con antelación), y hubo que tirar a destinos más próximos, como York, que acabó siendo una grata sorpresa.
No había visitado Reino Unido antes, pero desde luego me ha dejado con ganas de más.
MANCHESTER
Soy muy urbanita, y cuanto más grande sea una ciudad mejor (aunque también me gusta apreciar la tranquilidad del campo), así que he podido disfrutar bastante recorriendo todo el bullicioso downtown.
De la ciudad en sí no puedo decir que sea especialmente bonita, pero ofrece contrastes arquitectónicos bastante interesantes y ofrece muchas cosas por hacer y visitar.
Me han encantado especialmente las casitas inglesas (alguna de ellas más que casitas deberían entrar en la categoría de palacetes) cerca del centro de la ciudad, cada una con su jardincito y en entornos generalmente tranquilos.
Saliendo de la zona en la que he estado viviendo lo primero que pude ver fue la Milla del Curry (Curry Mile), que debe su nombre a la cantidad de establecimientos especializados en comida de la parte del sur de Asia y Oriente Medio.
Prosiguiendo la ruta hacia el norte entramos en la zona Universitaria de la ciudad, compartida principalmente por la Manchester University y la Manchester Metropolitan University. Aunque el campus central parece centrado en esa zona, no os dejéis engañar: tienen (sobretodo la MU) edificios y facultades esparcidos por toda la ciudad.
Dentro de los edificios representativos a visitar están el Town Hall, la catedral (por motivos arquitectónicos más que religiosos, el estilo es bastante distinto al de España) y las bibliotecas, principalmente la John Rylands, abierta al público en el 1900 y que por dentro me recuerda muchísimo al castillo de Harry Potter.
En la parte norte de la ciudad, además de la catedral, también se puede encontrar el Urbis, centro de exhibiciones de la ciudad y con forma de pista de esquí, el Manchester Arndale, enorme centro comercial con establecimientos para todos los gustos, y los jardines Piccadilly, con una plaza bastante espaciosa (llena de palomas, eso sí) y muchos sitios donde elegir para comer.
Otra zona que merece una visita obligada (al menos para mí, que disfruto bastante por esa zona) es el Chinatown, el segundo más grande de UK, repleto de restaurantes y supermercados asiáticos.
La única zona así más relevante de la ciudad que dejé sin visitar fue The Quays, o la zona "portuaria", con centros comerciales, museos y un pequeño parque entre otros.
Por último, avisar de que si sois amantes de los libros no se puede dejar de visitar alguna de las muchas librerías que hay en la ciudad, llenas de las últimas novedades a precios bastante interesantes. En especial, si os gustan los libros de segunda mano, o sencillamente visitar una librería TLQM un poco más atípica, os recomiendo visitar Paramount Books, con dependientes muy simpáticos y llena de libros de segunda mano, libros en japonés... y muchísimos libros y revistas sobre Doctor Who y Star Trek, entre otros.
¿Y qué se puede decir "malo" de la ciudad? Aquí dejo una pequeña lista de cosas que me han gustado menos de la zona en la que he estado.
Lo primero de todo es el peligro de que se conduzca por la izquierda ¬_¬. Antes de cruzar había que mirar a izquierda y derecha para asegurarme de que no venía ningún coche, porque si lo hacía automáticamente miraba al lado contrario y me he llegado a llevar más de un pequeño susto.
En relación con eso está el tema de los pasos de cebra, concepto desconocido al parecer. ¿Cuesta tanto pintar unas rayitas en el suelo para saber por dónde hay que pasar?
Por último, está el concepto de los parques. Fui toda ilusionada a ver un par de parques que aparecían en el mapa, y mi decepción fue suprema al ver lo pequeños que eran. Tal vez es que esté mal acostumbrada después de ver los parques de Madrid, Barcelona o Dinamarca, pero dentro de la ciudad me esperaba algo más.
YORK
Es una ciudad pequeñita (en comparación con la otra), con mucha historia, y que me ha encantado.
Lo más llamativo de esta ciudad ha sido el olor embriagador a chocolate en todas las calles centrales, y las tiendas de dulces, toffes y chocolates por todas partes, un pecado para los sentidos.
Ejem, dejando de lado el aspecto goloso-gastronómico, la ciudad se puede visitar tranquilamente en un día, con visitas recomendadas a la muralla, el York Minster, las ruinas de la abadía de Santa María, la torre Clifford (aunque entrar no es gratis), las calles centrales, y si hay tiempo hay circuitos York Viking Walk y Ghost Creeper
Algunas de las fotos se pueden ver en mi cuenta de
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