sábado, 14 de julio de 2012

Profesores, sistemas de estudios y diferencias

Llevo meses con esta entrada pendiente de pulir y publicar, así que ya era hora de ponerse manos a la obra.

Ya están muy vistas las ventajas de irse al extranjero a estudiar, trabajar, etc... en cuanto a la experiencia que coges y los conocimientos que adquieres, así que no me voy a adentrar más en ello. Lo que sí me gustaría comentar ha sido cómo me ha marcado lo que he estudiado allí y el cómo, es decir, el sistema de estudios de la universidad en la que he estado, y las diferencias con la universidad de la que provengo.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención durante este año fuera ha sido que siento como si hubiera aprendido más, mejor y disfrutando en mayor medida de ello que en años anteriores por un esfuerzo bastante más "razonable". Esto es mucho decir, puesto que el porcentaje de la carrera que he pasado fuera ha sido de un 20%, mientras que el otro 80% ha sido en mi "home university". ¿A qué se ha podido deber esto? Voy a intentar estructurarlo en tres partes: profesores, plan de estudios y asignaturas. 



Comencemos por los profesores. Son un pilar fundamental en la educación.  Ser autodidacta es muy importante, esto está claro, pero si acudes a una universidad es para poder asentar unas bases sobre ciertos conocimientos que te  van a impulsar a seguir aprendiendo por tu cuenta, y aquí es donde el profesor entra en juego. No quiero decir con esto que en los profesores recaiga el cien por cien de los conocimientos que tienen que transmitir a los alumnos, ni esté como de costumbre echando la culpa al profesor, que es lo más fácil por mi posición de estudiante, etcétera. Pero me he encontrado con profesionales durante estos cinco años que sí, son increíblemente buenos como investigadores, tienen mentes brillantes, pero que nos harían un favor al resto si sólo se dedicaran a eso y no entraran al mundo de la docencia, porque lo único que consiguen es amargar y aplastar las ganas de aprender a muchos jóvenes estudiantes cuando imparten sus asignaturas. ¿Cómo? No sabiendo ni dar clase ni evaluando los conocimientos que se deberían haber adquirido.



Saber transmitir conocimientos es algo muy complicado, porque cada uno tiene una mente que funciona y razona de manera distinta, pero hay unos puntos básicos indispensables para asegurarse de que al menos el mensaje se está transmitiendo de forma correcta. Si además el docente en cuestión sabe traslucir la pasión por lo que está enseñando, la asignatura se puede convertir en una delicia. Ahora, si no sabe/no quiere... pues podemos tener profesores que dan clase de una asignatura a un nivel superior al que deberían, que omiten cosas "triviales" que luego resultan ser de tremenda importancia, o que se explican como un libro cerrado. Si las bibliografías recomendadas son importantes de por sí, y si sumamos uno o más de los tres factores anteriores se convierten en imprescindibles si el estudiante quiere llegar a comprender sin lagunas lo que está pasando. 

A la hora de evaluar los conocimientos adquiridos (también conocidos como exámenes finales) pues ocurre lo mismo. Si tú me has explicado hasta un cierto nivel, que puede encajar más o menos dentro de lo que el plan de estudios dicta, pues no es ni medio normal que llegues a un examen y el docente en cuestión pida algo que está mucho más allá, tanto de lo explicado, como de lo estipulado. Y lo que es más, que el aprobado en la asignatura llegue a depender de ello. 
Comprendo que los profesores tengan un nivel de exigencia. Si te has tocado los pies durante el cuatrimestre, y/o no lo has estudiado con la suficiente profundidad o empeño, pues hasta que no alcances un nivel mínimo debes quedarte estudiando la asignatura, pero hay que tener un poco de cuidado al fijar este límite. Que en una clase de 100 personas apruebe un 5%, por ejemplo, da que pensar que a lo mejor el problema no sólo está en la vaguería de los alumnos. Y es que muchas veces parte de los problemas anteriores radica en esa sensación de "superioridad" que a veces se crean los profesores. Me pregunto en esos casos qué es lo que este tipo de profesores piensa a la hora de plantearse la docencia de una asignatura.



Volviendo al caso aplicado, universidad Erasmus versus universidad española, en ambos casos he tenido profesores exigentes y que saben cómo explicar la asignatura. En esos casos estudiar y aprender se ha convertido en un apasionante reto. O profesores medianamente aburridos pero en los que se aprecia el esfuerzo e interés que ponen en que los estudiantes aprendan, y eso también anima a los estudiantes,
pero el porcentaje de profesores que encajaría en los párrafos anteriores es mucho más elevado en tierras ibéricas que en la facultad danesa.  Y en el caso de la universidad danesa, si los profesores no eran buenos, al menos el sistema de estudios lo compensaba.


Lo cual me lleva a pasar al siguiente punto: los sistemas de estudios, enfocado principalmente a asignaturas científicas/técnicas, debido a mi falta de conocimiento en las de humanidades/ciencias sociales.
Este tipo de asignaturas suelen tener un alto porcentaje de prácticas (al fin y al cabo, es lo que te vas a dedicar a hacer una vez termines el periodo de aprendizaje), en los que de nuevo, tienes que emplear un esfuerzo y ganas. Para que luego sean evaluadas (en caso, de nuevo, de ciertos tipos de docentes) de mala manera, o cuenten un porcentaje mínimo de cara a las calificaciones finales de la asignatura. 

La suma de estas dos cosas principalmente hace que el enfoque del estudiante sea: estudiar para aprobar, en lugar de estudiar para aprender. Toma ya. ¿Dónde quedó esa curiosidad por aprender, esas ganas por comprender los distintos aspectos de la rama del conocimiento que decidiste aprender cuando comenzaste la carrera? Pues muertos de tristeza en un rincón. ¿Y el esfuerzo que hayas podido echar en una asignatura, la satisfacción personal de un trabajo bien hecho? En muchas ocasiones no se valora, en absoluto, lo cual hace que esa satisfacción decaiga en gran medida. Sobretodo es esa sensación de amargor, después de haberte esforzado, empleado tiempo y ganas, y ver unos resultados considerablemente menores a los que esperabas.  Que sí, que en caso de haber suspendido, sabes que vas a volver a hacer un esfuerzo igual o mayor, tratando de encontrar y remediar esos puntos en los que has fallado a la hora de enfocar el estudio. Pero aún así, la motivación se va al garete.



Volviendo a Dinamarca, y combinando el equilibrio que alcanzan en este sitio los puntos "profesores" más "planes de estudios", han logrado que mi motivación suba como la espuma. Digamos que los límites de evaluación me han parecido más humanos, y que al realizar prácticas los comentarios que te devuelven los profesores siempre son positivos. Si lo has hecho bien, precisamente, te anima a continuar así, y si lo has hecho mal, los comentarios son muy constructivos para aprender de ello y mejorar para la próxima vez. (¿Quiere esto decir que es más fácil aprobar? Pues sí, probablemente, pero a mí lo que me interesa es aprender, y sentirme satisfecha con lo que he aprendido y cómo lo he aprendido.)
Volviendo al tema, puedo mencionar una excepción en el caso de una asignatura bastante complicada en la que una compañera y yo nos dejamos la piel haciendo las prácticas, para luego recibir críticas escuetas y en los que aparecían reflejados los errores sin explicaciones. Por suerte los profesores de prácticas lograban completar ese hueco, y para el examen final pudimos comprobar con satisfacción que el esfuerzo realizado había obtenido una recompensa. 
También, dejando de lado esta "recompensa" en forma de palabras o calificaciones, puedo hacer referencia a una cierta asignatura (que por cierto, arrastraba de España gracias a uno de los casos comentarios anteriormente) que sí, no me parecía nada intuitiva, pero que gracias al esfuerzo realizado, la calidad de las explicaciones y mi esfuerzo en ella logró que concluyera al final del cuatrimestre con un alto nivel de satisfacción. No me voy a dedicar a ello, está claro, pero he logrado salir teniendo una idea bastante clara de las cosas y en paz con el esfuerzo aplicado para ello.



Como último punto, parte de la subida de motivación también la tiene el hecho de poder elegir entre una mayor variedad de asignaturas, por haber ido a una escuela politécnica, que me han ampliado las miras sobre hasta dónde se pueden extender y aplicar los conocimientos aprendidos en subramas de aquello que he elegido estudiar, lo cual me ha orientado y ayudado para poder tomar una decisión de cara a mi futuro. En la universidad española no había tanta diversidad de asignaturas, pero esto no es criticable, puesto que ya se sabe de antemano, y hay que considerar que es una universidad de "propósito general", no centrada en ciencias  e ingenierías, por lo que el número de estudiantes que estudian esto va a ser menor, de ahí la menor oferta. También me podría extender haciendo referencia a la falta de libertad o no a la hora de escoger qué se va a estudiar, o la orientación que se le da a las asignaturas en ambos sitios y por qué eso sería beneficioso o no, aplicándolo a los campos que he estudiado, pero considero que es un tema para otra ocasión.



Resumiendo esta larguísima reflexión: como todo, esto no es ni blanco ni negro. Ni todo ha sido bueno en un lado, ni todo ha sido malo en otro, pero la valoración media en Dinamarca ha sido más que positiva, mientras que la de mi universidad ha sido negativa en ciertos aspectos. 
Ojo, esto no quiere decir que la universidad de la que provengo sea mala. Pero el sistema de estudios está, en mi opinión, bastante mal planteado, y sería conveniente evaluar de manera más detenida el nivel de calidad de la docencia, puesto que en algunos casos hace más mal que bien. Y concluir que el hecho de poder cambiar a otro sistema de estudios ha sido como un soplo de aire fresco para poder valorar los distintos pros y contras y cambiar un poco de aires.

2 comentarios:

  1. Anima mucho leer estas cosas cuando queda justo UN MES para irme... =D ya estás por España de nuevo?

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  2. Te veo con ganas ^^ No te queda nada, en cuanto te quieras dar cuenta ya estás allí.

    Pues no, ahora estoy en Irlanda haciendo prácticas xD El caso es no parar quieta.

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